Reformar la curia, "un desafío notable"
Publicado el 03/05/2014 - En una señal de que es más que consciente de las crecientes resistencias que tiene en el Vaticano , Francisco admitió ayer que no es fácil reformar la curia romana, algo que exige "coraje y determinación" y, sobre todo, un cambio de mentalidad.Lo hizo al saludar a los miembros del flamante Consejo para la Economía, órgano que él mismo creó junto con un nuevo "superministerio de Economía" (llamado Secretaría para la Economía, que responde directamente al Papa y al parecer con el mismo rango de la Secretaría de Estado), en su primer paso concreto de reforma de una curia durante años criticada por sus manejos oscuros, su burocracia y su escasa funcionalidad.
Al destacar el importante trabajo de este Consejo para la Economía, establecido con un motu proprio el 24 de febrero pasado, el Papa recordó la responsabilidad de la Iglesia de "tutelar y manejar con atención sus propios bienes a la luz de su misión de evangelización, con especial atención hacia los necesitados".
"No tenemos que salirnos de este camino de transparencia y eficiencia; todo para este objetivo", pidió.
"La Santa Sede se siente llamada a poner en acto tal misión, teniendo en cuenta especialmente su responsabilidad hacia la iglesia universal", dijo Francisco, consciente de que la credibilidad de la Iglesia en los últimos años ha sido puesta en duda en muchos países debido a varios escándalos financieros y de corrupción estallados en el Vaticano, como trascendió durante el denominado VatiLeaks, la filtración de documentos reservados de Benedicto XVI.
"Estos cambios reflejarán el deseo de poner en acto la necesaria reforma de la curia romana para mejor servir a la Iglesia y a la misión de Pedro", agregó el Papa, que también admitió, con gran realismo, que se trata de "un desafío notable, que requiere de fidelidad y prudencia".
"El camino no será simple y requiere coraje y determinación", reconoció Francisco, que pidió que se establezca en las varias administraciones de la Santa Sede "una nueva mentalidad de servicio evangélico".
Aunque desde el principio de su pontificado, con su nuevo estilo austero y cercano a la gente, Francisco creó resistencias, éstas se sienten cada vez más fuerte en el Vaticano. Según trascendió la semana pasada, fue uno de sus hombres de más confianza, el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga -coordinador del G-8, el consejo que asesora al Papa-, quien advirtió de las resistencias.
"Tenemos que estar preparados, ya que esta bella pero extraña popularidad está comenzando a fortalecer fidelidades, pero igualmente está despertando la sorda oposición, no sólo en la vieja curia, sino también en algunos que están preocupados de perder privilegios en el tratamiento y en las comodidades", advirtió el cardenal salesiano, arzobispo de Tegucigalpa.
"Expresiones como «¿Qué pretende este argentinito?», o la frase de un reconocido cardenal: «Hemos cometido un error» están comenzando a hacerse sentir" en los pasillos del Vaticano, afirmó, en un discurso pronunciado en Estados Unidos el 8 de abril pasado.
El Papa destacó ayer, en el marco del proceso de reforma en curso, "el rol significativo" del Consejo para la Economía, que tiene la tarea de controlar la gestión económica y vigilar las estructuras y actividades administrativas y financieras de la Santa Sede, manteniendo una estrecha relación con la Secretaría para la Economía. De paso, agradeció con su habitual estilo espontáneo al titular de esta última, el cardenal australiano George Pell, "por su esfuerzo y por su trabajo, y también por su tenacidad de rugbier australiano".
Finalmente, Francisco recordó que el Consejo representa a la iglesia universal, con ocho cardenales de diversas iglesias particulares y siete laicos de distintas partes del mundo, "que no son miembros de segunda clase, sino que están en el mismo plano" de los demás, recordó. Y pidió que rezaran por él. "Lo necesito", dijo Francisco.
Designado por un período de cinco años, el Consejo para la Economía está coordinado por el cardenal alemán Reinhard Marx, también miembro del G-8; dos cardenales latinoamericanos, el peruano Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, y el mexicano Norberto Rivera Carrera, arzobispo de Ciudad de México; un norteamericano, Daniel Di Nardo, arzobispo de Galveston-Houston; un africano, el cardenal Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban; un asiático, el cardenal Tong Hon, arzobispo de Hong Kong, y dos europeos, el cardenal francés Jean-Pierre Ricard, arzobispo de Bordeaux, y el cardenal Agostino Vallini, vicario de Roma.
Los integrantes laicos, todos reconocidos expertos del mundo de las finanzas, son en cambio el maltés Joseph F.X. Zahra, vicecoordinador y miembro de una comisión que el Papa creó para analizar las finanzas del Vaticano; el francés Jean-Baptiste de Franssu; el canadiense John Kyle; el español Enrique Llano Cueto; el alemán Jochen Messemer; el italiano Francesco Vermiglio, y George Yeo, de Singapur.
Fuente | lanacion.com.ar
stagduran
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