Los clubes de buceo se rebelan contra el cupo en la reserva de Cabo de Palos
Era una regulación anunciada, pero es en el momento de la aplicación cuando duele. Los centros de buceo de Cabo de Palos se rebelaron ayer contra la decisión de la Comunidad Autónoma de no permitir más de 300 buceadores al día durante el verano en la reserva marina de Cabo de Palos, aunque la medida se anunciara en marzo, tras las reuniones mantenidas con todas las partes interesadas en la que se considera la zona de mayor interés subacuático del Mediterráneo, desde pescadores a escuelas de buceo.
La publicación, ayer en el Boletín Oficial de la Región, de la orden de la Consejería de Agricultura y Agua por la que se regula la actividad subacuática en aguas interiores de la reserva marina, cogió al sector del buceo desprevenido. «Esperábamos que se aplicara tras el verano, no cuando ya tenemos reservas», afirmó el portavoz de los nueve centros de buceo que funcionan en Cabo de Palos, Juan Carlos Farra. No es la única pega que ponen a las medidas que limitan el acceso a este espacio protegido desde 1995, en el que sin embargo nunca se fijó un máximo de inmersiones. Si el verano pasado se registraron picos de afluencia de 500 buceadores al día, este verano solo podrán bajar 300.
La Comunidad Autónoma no ha querido dar lugar a otro verano de entrada libre a la reserva para evitar males mayores. En el trasfondo de la restricción se encuentra «la posibilidad de poner en peligro la reserva, ya que por encima de todo está preservarla», explicó en marzo la directora general de Pesca, Carmen Teodora Morales. La responsable apuntó que «pese a que el estado de la reserva es bueno, no se esquilman peces y la pesca es aceptable, empiezan a detectarse signos de que el buceo no debería ir más allá después de haber comparado las praderas de falso coral con las zonas donde no se bucea».
Ya se han encontrado indicios de erosión, según el biólogo José Antonio García Charton, que realiza el seguimiento del área por un acuerdo entre la Universidad de Murcia y la Comunidad. «Son espacios frágiles, donde es aconsejable poner un límite porque el buceo no puede crecer indefinidamente», señala el experto. «El falso coral se rompe fácilmente y ya hemos visto indicios del impacto, que no es catastrófico, sino tan solo los primeros signos», señala. El biólogo considera además que «uno de los problemas que puede tener impacto en la reserva es que el buceo es muy estacional». Recuerda además que «las capturas de mero aumentaron desde el año 2000 pero en los dos últimos años han disminuido». El descenso de la pesca lo atribuyen los pescadores «en un 75% a los furtivos y en un 25% a los buceadores», según opina el presidente de la Cofradía de Cabo de Palos, Bartolomé Navarro.
Los centros de buceo, por su parte, niegan en redondo que el buceo cause impacto alguno sobre los fondos protegidos, pero sobre todo se oponen a algunas condiciones que entran en el 'paquete' regulador que entrará en vigor en los próximos días, una vez que la Comunidad dé a conocer la aplicación informática que controlará las autorizaciones de acceso, lo que sucederá el próximo lunes.
No están de acuerdo con el reparto del cupo, que fija un máximo de 300 inmersiones los fines de semana de verano y en Semana Santa, y 250 para los días laborables de julio y agosto. Para la temporada media (abril, mayo y octubre) se permiten hasta 200 buceadores los fines de semana y 140 el resto de días.
Sin buzos en enero
Durante enero estará prohibido bucear en la reserva y, en febrero, podrán hacerlo hasta 200 al día. En noviembre, diciembre y marzo, un límite de 180 diarios los fines de semana, y 140 en resto. «No nos parece correcto el reparto porque nos deja sin garantía de producto de venta», señala Farra. Lamenta que «tendremos que proceder a cancelaciones y variaciones del precio por la tasa», pero sobre todo les duele que «a partir de ahora se abre el cupo para cualquier centro de buceo o privado del mundo, que pueden venir aquí y quitarnos todos los números (plazas autorizadas)». La orden fija que las peticiones que no se tramiten a través de los centros de buceo, es decir, las realizadas por aficionados en privado, dispondrán de un 10% de los cupos máximos diarios.
Creen que «se beneficiará a Alicante, Valencia y Andalucía» y calculan que podrían verse afectados unos cien puestos de trabajo «que estábamos pendientes de hacer, a la espera de saber cuándo entraría en vigor la orden».
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