¿Qué alimentos gustán más a nuestro cerebro?
Hasta ahora, la temida pregunta de «¿Te ha gustado la comida?» tenía la fácil escapatoria de «claro, estaba muy rico». Sin embargo, ya no será tan sencillo gracias al proyecto liderado por el vallisoletano Enrique Villacé, presidente de la Asociación Española de Inventores. La «neurocata» que propone, busca encontrar opiniones objetivas extraídas directamente de las ondas cerebrales sobre distintos alimentos, sabores u olores que se muestren al sujeto durante la prueba. Para realizar el análisis neuronal se ha desarrollado un casco equipado con 18 componentes que «recogen la frecuencia de las ondas electromagnéticas que genera el cerebro», apunta Enrique. Para, más tarde, analizar la frecuencia de las ondas y determinar la respuesta positiva o negativa ante dicho estímulo.
La idea, que surge de lo que el inventor denomina «neuromakerting», recoge tres valores fundamentales, atención, memoria y emoción, que son la «clave» para que un alimento «despierte un valor emocional» en el sujeto. La información proporcionada por el «neurocasco», que se encuentra en fase experimental, se completa con un test previo elaborado de forma tradicional. Después se «contrastan» ambos resultados y se extrae el resultado de la «neurocata».
Cuando finalice la etapa experimental se realizarán las primeras pruebas reales con clientes del restaurante Los Zagales de Valladolid, elegido por su reconocida y premiada cocina, junto a una amplia selección de tapas. El proyecto analizará el nivel de aceptación de determinados pinchos, menús y bebidas por parte de 32 personas de cuatro grupos de edad distintos durante dos meses. Los seleccionados para ser sometidos a la medición se dividirán en cuatro grupos compuestos por ocho personas -cuatro varones y cuatro mujeres- cuyas edades van de 18 a 25 años, de 25 a 40, de 40 a 45 y de 55 años en adelante, informa Ical.
«Es imposible engañar al neurocasco»
El principal activo del revolucionario proyecto reside en que es «imposible» falsear los resultados. «Mide los estímulos que llegan por los cinco sentidos y eso no se puede controlar», señala el vallisoletano, que destaca que lo que buscan es obtener «un valor emocional tangible». Además, diferencia la opinión racional, meditada y subjetiva que se emplea de forma verbal, de la objetiva extraida del «neurocasco».
De cara al futuro, Villacé asegura que el objetivo es «dar un salto cualitativo» que ayude al sector gastronómico e industrial a «rentabilizar la inversión» ofreciendo al cliente productos que saben que los productores ya saben que funcionará gracias a los resultados preliminares de las catas.
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