La "droga caníbal" irrumpe en las Islas Baleares y, concretamente, en Mallorca e Ibiza. En la imagen, una fiesta en Ibiza. (Foto: Enrique Calvo/Reuters)
Mundialmente conocida como la "droga caníbal", la metiendioxipirovalerona es un droga de diseño con potentes efectos alucinógenos. Su ingesta provoca una paranoia que hace brotar un instinto antropófago brutal. En Estados Unidos ocurrió el episodio más popular hasta el momento. Pasó a la historia como el "Canibal de Miami". Pero la sustancia ha cruzado el charco. En España, y más en concreto en Mallorca e Ibiza (Islas Baleares) ya existen casos documentados.
Gritos. Alucinaciones. La cabeza roja, el cuerpo retorcido. Patadas, puñetazos, mordiscos. La escena se dio en la playa de Magaluf en Mallorca y la protagonizó un turista británico de 28 años. En realidad, los primeros "zombies" llegaron al Centro de Salud de San Antonio (Ibiza) días atrás. Se registraron varios casos de jóvenes con violencia extrema. Algunas enfermeras fueron agredidas y tuvo que intervenir la policía del hospital. La investigación trata de localizar ahora la supuesta "droga caníbal" que se estaría probando en la zona.
La teoría es que San Antonio podría estar sirviendo de banco de pruebas. "Se trata de drogas sintéticas y se producen en laboratorios improvisados, así que los que las distribuyen desconocen los efectos que tendrán en sus usuarios", afirma Andre Walker. "Como no están en condiciones de realizar los ensayos adecuados, sencillamente introducen una cantidad en el mercado de Ibiza para ver qué ocurre. Si se vuelven populares y sólo hay unas pocas muertes o lesiones, las producen en masa".
Drogados y a dentelladas
Tiene muchos nombres, pero sólo una cara. Bajo las siglas MDPV se esconde un término cuya pronunciación se antoja imposible, pero cuyas consecuencias se han demostrado fatales. Se trata de la metiendioxipirovalerona. La ingesta de esta droga deriva en la paranoia extrema, provoca brotes psicóticos, instintos suicidas. Conocida como la droga caníbal, ya se ha cobrado varias víctimas, pues no sólo los consumidores sufren sus consecuencias. El instinto antropófago que brota en ellos deja casos próximos al surrealismo: se lanzan sobre quienes se cruzan en su camino y la emprenden a dentelladas. Esta sustancia ya ha llegado a España. Pero la travesía ha sido larga.
El caso más popular de canibalismo inducido por esta sustancia ocurría en Miami. Era un 26 de mayo de 2012. Rudy Egene se abalanzó sobre un mendigo, Ronald Poppo, y comenzó a arrancarle la cara a mordiscos. Sufrió lesiones en el 75% de su rostro. El ataque duró cerca de ocho minutos, según las cámaras de seguridad que lo filmaron. Todo terminó cuando un oficial de la policía disparó sobre Rudy. Siete balazos recibió. A partir de ese momento, se convertía en el "Canibal de Miami", el precedente de los efectos de la MDPV. Posteriormente, la autopsia descartó que actuase bajo los efectos de esta sustancia en concreto.
Aparentemente inofensiva
A simple vista, podrían ser unas meras y relajantes sales de baño. Sin embargo, cada uno de esos pequeños saquitos contiene una verdadera bomba alucinógena. La metiendioxipirovalerona es una droga de diseño. Pertenece a la clase fenetilamina, que actúan sobre el sistema nervioso central de las personas con efectos estimulantes que, en elevadas dosis, genera alucinaciones.
No es necesario el consumo de una gran cantidad de esta droga para que afloren los síntomas. Si la dosis es oral, serán suficientes 5 miligramos. Si es esnifada, la cantidad es ínfima: apenas 3 miligramos. Irrisoria resulta la dosis cuando se administra por vía intramuscular. Tampoco hay que esperar un intervalo de tiempo excesivamente amplio. En dos o tres horas, la temperatura de su cuerpo comienza a subir: sienten que se queman por dentro. La euforia emerge. Dejan de sentir dolor. Se convierten en personas agresivas dominadas por una paranoia que les hace ver enemigos en todas aquellas personas con las que se tropiezan.
Al alcance de todos
El acceso a esta droga no resulta, a priori, excesivamente complicado. Es una sustancia sobre la que no existe un marco legal establecido a nivel internacional. Así, por ejemplo, en España no está fiscalizada. Entra en el país como sales de baño. En otros países como Reino Unido y Dinamarca figura en la lista B de sustancias prohibidas. En Suecia, en cambio, es una sustancia controlada.
No obstante, existen una serie de foros en Internet donde se procede a la venta de la conocida droga canibal. En ellos, el vendedor ofrece una descripción detallada del tipo de sustancia que está comercializando. Detalla su composición química, advierte de las consecuencias y explica las facilidades de pago. El alijo más pequeño es de 100 gramos; el mayor, 10 kilos. Los precios van desde poco más de 400 euros hasta cerca de los 6.000 euros, respectivamente. El contacto se realiza a través de un simple formulario donde los únicos campos obligatorios que ha de rellenar el comprador son la cantidad demandada y el correo electrónico. El proveedor asegura ponerse en contacto una vez realizado el pedido. Se supone que para formalizar la compra.
La alerta en España
El fenómeno llegó a España hace apenas unos días. Fue un episodio protagonizado por un joven turista de 28 años procedente de Reino Unido en una playa de la isla de Mallorca. Tuvieron que emplearse a fondo once policías, los socorristas y varios miembros de personal sanitario para lograr reducirlo. No dejaba de gritar, corría tras los bañistas y no dejaba de repartir mordiscos a quien intentaba acercarse a él. Según explica a Investigations Alfredo Perdiguero, Secretario General del Sindicato Independiente de la Policía española, "estos ataques se han presentado en lugares turísticos de las Islas Baleares y, especialmente, en Mallorca. Aún no hay muchos casos documentados para conocer cómo ha llegado la droga".
De acuerdo con la Unidad Antidroga de la Guardia Civil de Ibiza, la partida introducida sería pequeña y esperan que "se haya consumido en su totalidad". Sospechan que se trata de una sustancia que llegó a la isla para ser probada y "luego iniciar su comercialización". Alfredo Perdiguero asegura que "no está determinada la vía de entrada ni la forma de distribución de esta droga. Es complicado concluir esta información. No existe un alijo decomisado". Los esfuerzos de las autoridades, subraya, se centran en dos frentes: investigar cómo funciona la red de distribución y evitar que se desarrolle un mercado interno.
Fuente: theobjetive.com
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