Jesús Cacho sacude al nuevo director de El Mundo: "Abadillo, un periodista incoloro, inodoro e insípido"
Así resume Jesús Cacho, en un extenso artículo titulado 'El caso Pedro J y las miserias de la profesión periodística', la operación detrás de la fulminante destitución de Pedrojota Ramírez de El Mundo por parte de los dueños italianos de RCS tras 25 años como director y alma del diario.
Cacho, que él mismo fue despedido telefónicamente por el propio Pedrojota a finales de julio de 2006 (se cargó de un plumazo la Rueda de la Fortuna, su influyente columna semanal de los entresijos económicos), quita hierro a la teoría de la conspiración política contra Pedrojota --"cuesta imaginar a don Mariano, el presidente que menos mano ha metido en la profesión, tomándose la molestia (¡uf, qué lío!) de urdir su despido"-- y se centra en los poderes económicos.
"A estas alturas, y seguramente para agradar a Moncloa, los grandes capos de un grupo de empresas y bancos se conciten para financiar una compra que a su vez implicará la salida de tal o cual periodista, habla a las claras de la confusión de roles y la pésima salud de nuestra democracia. Pedro J. conoce la operación al detalle ("Y así, Amor, en vano intenta/ tu esfuerzo loco ofenderme:/ pues podré decir, al verme/ expirar sin entregarme,/ que conseguiste matarme/ mas no pudiste vencerme"), y queda emplazado para contarla. Ahí te quiero ver, torero. Su salida, en todo caso, estaba cantada a la luz de la pésima situación de las cuentas de UE, un negocio que, al contrario de lo que ocurre con Prisa, cuya generación de caja es positiva, empieza a drenar recursos al minuto siguiente de levantar la persiana cada 1 de enero."
Casimiro García Abadillo, Pedrojota y Antonio Fernández Galiano.
Y pronostica:
"Se avecinan grandes cambios en la esfera de las empresas periodísticas, todas en pérdidas. Pero, con ser importante el proceso de consolidación que parece inevitable en el sector, mucho más lo es, en términos de calidad democrática, la recuperación del prestigio de la profesión y la renovación de sus votos de independencia en el altar de la mancillada diosa Verdad. Hoy, la información, la palanca que a lo largo de la Historia de la humanidad ha dado o quitado Poder, sigue siendo la commodity más cara, la más valiosa. Socializar la información, arrebatarla a los poderosos para hacerla accesible a la sociedad, es la función más noble que le cabe a este oficio y, si me apuran, la única. Pero el periodismo no se salvará solo. Se levantará o perecerá con España, hermano con su suerte, cónyuge de su destino. Para hacerlo posible necesitará también el apoyo, la colaboración, el convencimiento en tal sentido de los poderes del dinero antes denunciados. Un periodismo libre y responsable en una sociedad moderna es sinónimo de país serio, sólido, rico, donde a todos, banqueros, músicos y filósofos, les irá mejor. "
stagduran
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