¿Por qué el BCE se siente forzado a inundar a la banca?
Los líderes del Banco Central Europeo (BCE) se encuentran en una situación incómoda: en la Eurozona no hay crédito, no hay crecimiento y apenas hay inflación. Los miembros del Consejo de Gobierno no están cómodos y quieren acabar con esta situación, pero no es tan fácil como parece. ¿Cómo afectará al particular lar rebaja de tipos?
El propio presidente de la entidad, Mario Draghi, ha empezado a pedir comprensión y colaboración a las autoridades políticas: "Sin medidas estructurales, las decisiones de política monetaria poco pueden", advirtió ayer.
Super Mario se encuentra una y otra vez ante un mecanismo de transmisión de la política monetaria que está roto. Sus estímulos se quedan en los mercados y no llegan a la economía.
Además, la entidad se encuentra ante el inconveniente de que está forzada, por su mandato, a implementar sus medidas a través del sistema financiero, ya que no puede comprar deuda soberana en el mercado primario y que el resto de sus operaciones se instrumentan a través de la banca.
Llegar a la economía real
En definitiva, si el BCE quiere llegar hasta la economía real, se ve obligado a adoptar dos decisiones: inundar a las entidades y penalizarlas si guardan su liquidez. Las medidas históricas adoptadas entre las reuniones de junio y la de ayer van en esta dirección. En primer lugar, más dinero a la banca a través de: préstamos condicionados a la concesión de créditos (TLTRO), compra de titulizaciones que tengan como subyacentes préstamos a la economía (ABS) y adquisición de cédulas hipotecarias.
En definitiva, un aumento de su balance que podría superar el billón de euros. En segundo lugar, penalizar a las entidades que aparquen su dinero en el BCE, con el objetivo de que concedan créditos.
Pero las decisiones de Draghi tienen otra lectura. No deja de ser sorprendente que la entidad haya celebrado dos reuniones históricas en apenas tres meses y en una coyuntura económica que no es la peor. Estas medidas se han adoptado cuando sólo falta un mes para la publicación de los test de estrés a la banca.
Es posible que las inyecciones de liquidez puedan tener otras motivaciones, como que desde el BCE estén viendo unos resultados peores de lo esperado. Las entidades periféricas, como las españolas, ya se han visto obligadas a recapitalizarse, situación a la que no se han enfrentado las centroeuropeas, alemanas y francesas incluidas. Son especulaciones, pero la actitud tan agresiva de Fráncfort no es habitual y da pie a suposiciones.
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