En Dinamarca ocurrió algo parecido. Así tenían que ser todos los gobiernos de Europa, antes de que sea demasiado tarde.
Lección que Putin le da a Occidente
Hace unos años el rey de Arabia visitó a
Putin en Moscú. Antes de partir le dijo a
Putin que quería comprar una gran parcela y
edificar, con dinero totalmente árabe, una gran
mezquita en la capital rusa.
"No hay problema", le contestó el
ruso, "pero con una condición: que autorice a que se
construya también en su capital árabe una gran
iglesia ortodoxa" .
" No puede ser" dijo el árabe.
"¿Por qué? preguntó Putin.
"Porque su religión no es la verdadera y
no podemos dejar que se engañe al pueblo".
"Yo pienso igual de su religión y si embargo permitiría edificar su templo si hubiera
correspondencia, así que hemos terminado el
tema"
El 4 de agosto de 2013 el líder ruso,
Vladimir Putin, se dirigió al parlamento de su país
con este discurso acerca de las tensiones con las
minorías étnicas:
"En Rusia vivid como rusos! Cualquier
minoría, de cualquier parte, que quiera vivir en
Rusia, trabajar y comer en Rusia, debe hablar ruso
y debe respetar las leyes rusas. Si ellos prefieren
la Ley Sharia y vivir una vida de musulmanes
les aconsejamos que se vayan a aquellos lugares donde
esa sea la ley del Estado...Rusia no
necesita minorías musulmanas, esas minorías
necesitan a Rusia y no les garantizamos
privilegios especiales ni tratamos de cambiar
nuestras leyes adaptándolas a sus deseos. No importa
> > lo alto que exclamen "discriminación",
> > no toleraremos faltas de respeto hacia nuestra
> > cultura rusa. Debemos aprender mucho de
los suicidios de América, Inglaterra,
Holanda, Francia, etc. si queremos sobrevivir como
nación.
Los musulmanes están venciendo en esos países y
no lo lograrán en Rusia. Las tradiciones y
costumbres rusas no son compatibles con la
falta de cultura y formas primitivas de la
Ley Sharia y de los musulmanes. Cuando este
honorable cuerpo legislativo piense crear nuevas
leyes, deberá tener en mente primero el interés
nacional ruso, observando que las minorías musulmanas
no son rusas."
Los miembros del Parlamento Ruso puestos en pie
ovacionaron a Putin durante cinco minutos.
Berenjenas con garbanzos
{para cuatro personas}
- 5 tomates pera, naturales o de una buena conserva
- 5 dientes de ajo
- 1 berenjena grande o dos medianitas
- mezcla de especias: pimienta al gusto -mejor en mezcla de colores- una cucharadita de cúrcuma, una cucharadita de curry y una cucharadita de comino, mejor en grano
- 400 gr de garbanzos cocidos, caseros o en conserva (peso escurrido)
- 2 cebollas hermosas, blancas o rojas
De tradición oriental, concretamente libanesa, donde se le conoce como moussakaat batenjan*, es un plato delicioso en la temporada de calor, sápido pero fresco, y lleno del aroma complejo y seductor que le aporta la mezcla de especias (que, por supuesto, puede variarse a voluntad).
Cortar las berenjenas en rodajas gruesas, y éstas en cubos no muy pequeños, para que no se deshagan excesivamente al cocerlos y se pierda el contraste de texturas.
Colocar los dados de berenjenas en un escurridor y rociarlos con sal, mejor si es gruesa (más fácil de eliminar después al lavarlas). Así activamos el proceso de ósmosis del que ya hablamos en la introducción a este capítulo de Cocina de cosecha, y conseguimos que las berenjenas no absorban tanto aceite cuando luego las friamos.
Las dejamos media hora en reposo y luego las lavamos bajo el chorro del agua y las secamos con papel.
En un mortero, molemos el comino en grano con el curry, la pimienta y la cúrcuma y reservamos la mezcla. Si gastamos comino ya molido, hemos de tener en cuenta que no tiene la potencia del grano recién molido, y deberíamos aumentar la cantidad en una cucharadita. Pero en este punto lo más importante es añadir las especias en tandas y probando cada vez.
Picamos las cebollas y las ponemos a pochar en aceite de oliva con los dientes de ajos pelados y fileteados. A los pocos minutos añadimos las berenjenas y sofreímos todo junto hasta que la berenjena esté tierna pero aún firme, no queremos que se deshaga.
Añadimos los tomates pera pelados y picados (naturales o en conserva), los garbanzos lavados y escurridos y las especias, reservando un poco para el aderezo final del plato, más un vaso de agua o de caldo.
Dejamos cocer todo junto quince minutos y retiramos del fuego. Añadimos sal hasta completar la sazón.
Dejamos enfriar, y listo para nuestra mesa.
Es un plato excelente para preparar con antelación, porque el reposo de un día le favorece claramente. Si lo hacemos así, nos acordamos de sacarlo de la nevera una hora antes de comer, para que pierda el frío y vuelva a la temperatura ambiente.
Lo probamos, y si nos apetece, intensificamos el punto de especias con el poquito de mezcla que hemos reservado.
Y listo.
Dedicadle un poco de tiempo a cocinar vuestras comidas, a conocer lo que coméis y a elegir conscientemente la procedencia de los ingredientes de vuestros platos: veréis cómo recibís de vuelta más salud y más felicidad cotidiana, de esa tan simple, saciante y maravillosa.
Feliz semana a todos.
*Esta receta está adaptada del libro de Sarah Brown, Recetas vegetarianas del mundo, editado por Integral, un auténtico clásico de la cocina vegetariana que recoge recetas de todas las tradiciones culinarias del planeta.